12 de marzo de 2011

LOOK I > LA CRISIS DE LA T-SHIRT



Txt. Fernando Pérez Solivella. Especial para Clarín.

30/10/07

¡Una remera rockera quiero yo!

Mientras las marcas se apropian de los lemas del rock, ¿la remera aún dice algo? Planchadita, planchadita, planchadita...
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Ya nadie va a escuchar tu remera". La premonitoria canción de los Redondos (Oktubre, 1986) cumplió más de veinte años pero suena más actual que nunca: extasiada de sentido y clonada hasta el hartazgo, la remera (fetiche por excelencia del ropero juvenil) llegó a un pico de rating desde el cual parece decirlo todo& pero no dice nada.

Paradojas de la moda: en los 50, Marlon Brando y James Dean definieron un estado de rebeldía juvenil poniéndose una camiseta blanca & radiante. Medio siglo después, empachada de frases e íconos del retro pop y el rock, la remera pierde día a día su estatus de pancarta. Al menos el que tenía cuando, en 1985, la diseñadora inglesa Katherine Hamnet, precursora de la remera activista, provocó a Margaret Thatcher al mostrarle una camiseta que pregonaba el antidesarme: "El 58 por ciento no quiere los Pershing" (misiles ingleses). O el que le dio la diseñadora punk Vivienne Westwood al clavar billetes y alfileres en los labios de la reina de Inglaterra. Ahora, lo que la remera pide es... "Free Paris!" (Hilton, claro: no la capital francesa).

Atrás quedaron los 90 y sus marcas icónicas: chombas de piqué con caballito o cocodrilo, las Hard Rock Cafe con el destino turístico menemista y las estampas Quick- silver o Rip Curl para el que surfeaba... en Alto Palermo. La rockerización de la remera de shopping provocó la convivencia de los Ramones y los Sex Pistols con las camisas de Zara ante la mirada atónita del rocker. "El uso de frases de rock en marcas de shopping me provoca una sonrisa irónica. Las marcas necesitan identidad y se suben al tren del punk pero después no quieren que entre un rockero a su tienda", dispara Lee Chi, rey del merchandising rockero. "Para las marcas, ser cool es disfrazarse de alguien que uno no quiere ser
". Pero la venganza rockera es posible. "La moda fagocita al rock y viceversa", dice Victoria Lescano, autora del libro Followers of fashion: falso diccionario de la moda. "Los diseñadores invocan al rock pero los rockers encontraron su venganza con la explosión del merchandising". Con los jeans y las zapatillas devenidos símbolos de status, "la remera pasó a ocupar un lugar central porque es barata y tiene impacto", compara Nora Dofman, stylist de MTV. ¿Paris Hilton escucha a los Ramones? ¿Tiene un disco favorito de los Stones? "El hecho de que usar una remera de una banda clásica tenga más que ver con la moda que con el fanatismo se debe a la obsesión actual por las cosas vintage'", dicen Amber Easby y Henry Oliver, autores del libro The Art of the Band T-shirt, mientras Reebok empapela Buenos Aires con el eslogan de época: "Los 80 eran más interesantes".

Después de la crisis, los Hermanos Estebecorena fueron precursores de la remera-cartel con ironía melancólica: "Tenemos la avenida más ancha del mundo". Después, AY Not Dead certificó que el freak es chic y cuando Ona Saez llevó al shopping la impronta pacifista y nacionalista ("Yo amo Argentina"), faltaba una puntada para que la famosa "Siamo Fuori" aparezca hasta en la sopa.

¿Y si tenemos las remeras que nos merecemos? "Antes queríamos diferenciarnos con la ropa, ahora todos quieren vestirse iguales", opinan Mariano Yoraillh y Ezequiel Rocino, de la marca Rethink, creativos del outfit-regreso de Zeta Bosio. Ellos lanzaron la colección Clone: un manifiesto visual que desenmascara el copy and paste en la moda usando tintura, desgaste, lavado, rociado y pintura para dar un look reventado. "Queremos que una remera le despierte a alguien la motivación para escuchar a Miles Davis o leer a William Borroughts".

Al colectivo Ropas Desastre, en cambio, la remera le quedó chica. Para su colección experimental Men At Rock, prefirieron intervenir el uniforme obrero (camisas y pantalones de la clásica firma Ombú) con prints que integran las poses del rock con la señal callejera. "La remera está saturada por el uso. Si hablamos todos al mismo tiempo no decimos nada", dicen Pablo Bobadilla, Andrés Lesmes Yepes y Camilo Caycedo, y agregan con nostalgia: "Subversivo era usar una remera de Rage Against the Machine con el Subcomandante Marcos, no una frase de la tele en el pecho".

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Podría considerar este articulo como mi carta de presentación para este blog y el contenido que el mismo tendrá.


Soy diseñadora y estudiante de producción de modas. Amante del rock y sus miles de derivados; infinitas ramas musicales devenidas en actitudes, ideologías, maneras de vida y por supuesto una forma de vestirse, lo que, sin palabras nos dice mucho de las personas.


Ese para mi es el propósito de diseñar ropa. Mas allá de las modas. El hecho de poder transmitir mediante telas, estampas , morfologías lo que pensamos, lo que nos gusta, poder mostrar una pequeña parte de nosotros... pero que sea real.


Pasar de un estilo a otro solo porque alguien dice que debe ser así habla de una persona que no tiene personalidad, ni actitud... palabras tan usadas en estos tiempos.


Sé que puede ser un poco contradictorio hablar de esta manera cuando armas un blog de moda, pero así es como lo siento...no todos en este ambiente somos iguales, no todos somos fashion victims.


El motivo de esta postura es bastante personal. Desde al día en que el rock se puso de moda. Aunque no voy a negar que me gusto el incremento en la oferta de ropa del estilo, que se dio con el nacimiento de una o dos dos marcas (super conocidas, una mas conceptual, la otra mas comercial pero que en fin me parecen muy buenas),y otras en un estilo mas under. Lo que odie fueron a todas esas criaturas que hasta el momento estaban en su casa escuchando Ricky Martin y salieron corriendo a comprar remeras de los ramones y chupines, la camperita de cuero o el sweter estirado de Kurt. Posando con carita de reventada cual groupie en los 60 en boliches de Pinamar. Aquellas marcas que nunca se "especializaron" en el estilo rocker, que hacían prendas color pastel o outfits para secretarias ejecutivas de Puerto Madero, de repente vendian chupines y estampaban remeras con bandas que hasta ese momento no sabian que existían. Esto o vender tu alma al diablo...es lo mismo.


Consumo ropa. Amo la ropa. Es una expresión. Muchos consumimos aquello con lo que nos sentimos identificados, muchos solo porque sino no existís.


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